SENIORES Y IUNIORES
Experiencia o valentía
La cultura celtibérica, cuyo inicio se sitúa en el siglo VI a. C., desarrolló, en su etapa final, la vida en ciudades, acusándose, a partir del siglo IV a.C., una serie de cambios en los patrones de poblamiento, reflejados en un mayor número de yacimientos y necrópolis, así como en el aumento de intercambios, que cristalizarán posteriormente en la creación de ciudades. Estas se configuran como verdaderos centros organizadores, administrativos y políticos de su territorio, en el que se distribuyen los poblados y las aldeas.
A la llegada de los romanos, la Celtiberia presentaba una organización basada en ciudades-territorio, el gobierno de estas ciudades era llevado a cabo por dos asambleas. Por un lado, la de los ancianos (seniores), una élite definida por su nobleza, riqueza y experiencia, con un alto poder de decisión en cuestiones de leyes, economía y relaciones con otras ciudades. Por otro lado, la de los jóvenes guerreros (iuniores), cuyos jefes eran nombrados por aclamación, tanto más intensa cuanto mayor era su valentía, dotes de mando, capacidad y eficacia para el combate.